- El martes 22 de agosto, en los recreos, se realizaron las intervenciones musicales, captando la atención de estudiantes y educadores en los patios del Colegio Salesiano de La Serena.
- La Banda Don Bosco, a cargo de su director, Nikolás Carvajal, recorrió el patio principal y las multicanchas con sus melodías, en tanto, la Orquesta Juvenil, a cargo del maestro Raúl Rodríguez, deleitaron con su riqueza melódica y capacidad para evocar emociones.
- Un grupo de estudiantes de la banda musical, interpretaron algunos temas musicales acompañados por Jimmy Galleguillos, docente de educación musical.
"Un patio sin música es como un cuerpo sin alma" (Don Bosco)
Don Bosco amaba la música; tocaba el violín, el órgano y el piano, pero sólo cuando los encontraba en la casa de un amigo. Para él, la música y el canto eran una gran manera para comunicarse con los jóvenes.
Empezó de joven, cuando estaba en el colegio. Un año, cuando se acercaba la Navidad, preparó una alabanza al Niño Jesús, escrita en poesía y música, apoyado en la base de una ventana de un coro de la iglesia de San Francisco.
Fue cantada en 1842 por primera vez a los dominicos y luego en la Consolata, con Don Bosco dirigiendo la pequeña orquesta y tocando el órgano.
Para las melodías, Don Bosco se inspiraba en la vida cotidiana. Un día, escuchando a unos obreros cantando en los andamios, tuvo la inspiración de escribir unos versos. Anotó la música y luego le pidió al famoso erudito Silvio Pellico que le escribiera unos versos al Ángel de la Guarda. De ella salió el aria muy popular “Angioletto del mio Dio”, que recorrió toda Italia.
En otra ocasión, se encontró con unos jóvenes que cantaban acompañándose con la guitarra y el violín. Don Bosco fue conquistado por esa armonía y sacando papel y lápiz, apoyándose en una puerta del edificio de la Prefectura, escribió las notas. Así nació “Noi siam figli di Maria”